Iván Rocha: cinco poemas

Vocablos del Jazz
 
La orquesta es un andar de trenes,
un maremoto de metales
que llevan en su núcleo una ventisca:
ahí las trompetas,
los cuerpos que insisten en decir algo
a voz de clarinetes;
allá el sax,
su lenguaje subterráneo;
su idioma que sabe decir rascacielos,
Gran Manzana, Empire State.
 
Las calles son un torbellino
al paso de la orquesta,
revoluciones de un disco
que apenas comienza a girar.
 
La orquesta:
ese espasmo arrancado al viento
cuando cruza los callejones.
 
 
Bill Evans
 
Arranca al piano sus teclas
y emergerá de él una cabeza,
una mano,
dos pies, polvo,
sudor, tiempo y arena,
la posibilidad de un viaje
sin destino ni trayecto.
 
El sonido del piano:
esa forma de recorrer la noche
para encontrar en ella
las fronteras de la sangre. 
 
El piano, su manera de decir
al cuerpo y sus insignias:
un modo de florecer.
 
 
Miles Davis
 
Fue en un bar, señor Davis,
donde jamás nos conocimos.
No hay una forma de concebir el jazz con sobriedad.
Usted lo sabe bien:
el mundo canta, y canta en desorden su armonía.
El caso aquí
consiste en extender el agua
al azul de los sonidos,
al fluir de unas notas apenas sospechadas.
Sí, a eso podría parecerse el jazz,
tiene mucho de río, de cauce, de vórtice.
Es por ello,
señor Davis,
que esta noche hemos venido aquí
a terminar de ahogarnos
y a seguir corriendo.
 
 
¿Dónde está el mar, dónde…
 
¿Dónde está el mar, dónde
sus clavos; puntas blancas
que desgarran el aire con su roce
de filo inquieto? ¿Dónde quedó
la concepción de mar tranquilo,
su huella de turquesa dormida?
¿A qué canción hace referencia
este mar que canta y que se extiende
ante nosotros como una vena
desgranando su azul sobre la espalda de Dios?
 
Algo o alguien ofrece un concierto
al que no fuimos invitados.
 
 
Es salvaje la intemperie…
 
                              La madre de todas las batallas es una bala perdida
                                                                   Juan Carlos Mestre

Es salvaje la intemperie.
 
Es salvaje la muerte
en su juego de pólvora,
en su danza:
                   candoroso movimiento
de cuerpos amontonándose.
 
Es salvaje el destino
                            de las balas perdidas
porque todas poseen
                            la oscura gracia
de llegar al mismo sitio
una y otra vez.
 
 
 
Iván Rocha (1996) es Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ha publicado artículos y reseñas en la revista Timonel del Instituto Sinaloense de Cultura, y en la revista digital Aldea21. Forma parte de las antologías La liebre es ligera y Álbum rojo, ambas publicadas por el Instituto Sinaloense de Cultura en 2018. Actualmente se desempeña como docente. 
 

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