Alan Bojórquez
Todavía el muelle sigue siendo audaz
por las noches
rasguñándome la espalda con sus luces
soplándome el frío que endurece el cuerpo
al son de las olas frustradas del Adriático
Luminosa ciudad de la bora
ausentes todos se fueron a sus sueños
y tú y yo
en esta arritmia de besos que la poca luz nos incita
Unos cuantos recorren sonámbulos
hasta la rosa de los vientos
sin llegar a tocar el borde de agua y concreto
solo el beso
de la mano de su sombra
La penumbra se desgasta
para dar paso a la caricia última del tiempo
la garganta del mar escupe unas cuantas gotas
heladas de misterio
Todavía me despierto con los ojos fijos en la almohada
y nado hacia el horizonte triestino
para vislumbrar tu rostro
con el corazón fijo a tu silueta
y no estás esperándome en el muelle
y no estás besándote con otro
y no estás viendo hasta los confines últimos del mar
esperándome
ni viendo pasar el tiempo que nos une
o nos distancia
y no estás en la orilla del agua
y no estás en la orilla del mundo
y no estás en la orilla de las cosas
que suelen ser mi presencia
cada tanto que pienso en ti
y me materializo en aquellas cosas que imagino están a tu lado o de frente
Y no estás llorando por nadie
y no estás lastimándote las manos con una navaja
o con una lata abierta hacia al cielo
o con el papel higiénico
o con el aliento
No estás
No te vislumbro
Todavía la noche me trae un olor rancio
indistinguible de tu cuerpo
Y veo tus fotos y te siento cada vez un poco más lejos
El adiós último me lo dice la noche
no el tiempo
***
Un fotógrafo en la orilla de las cosas
en medio de la guerra
mas en la orilla de todos
los que combaten
en medio del caos
mas en la orilla de la trifulca
frente a cientos de luces
mas en la orilla de la ciudad
y de la noche
lejos del amor
abatido
mas en la orilla de tu cuerpo
entre el recuerdo y el olvido
mas en la orilla de lo eterno
un paso más delante de lo infinito
en el borde de tu arista que da al horizonte
mas en la orilla de tu núcleo
todo el tiempo
Un fotógrafo en la orilla
eso soy
***
Caminábamos la noche juntos
de la mano de luces
que conducían todas al muelle
no sin antes
caídas las doce o las veinticuatro
sentarnos en la fuente
en medio de la unidad
para decirnos lo mucho antes silenciado
Estábamos tan solos
que se repetían las palabras en los rincones
como un murmullo andando calles
y como nosotros andando la noche
Nos bastaba decirnos con palabras
lo que tanto nos dijimos con los ojos
Y nos bastaba
tomarnos la mano
engañando al corazón
con el gastado simulacro
como el de aquel que dice
no haberse dado cuenta
Ficha del autor
Alan Bojórquez Mendoza (Mocorito, 1992) ha recibido diversos premios de poesía, entre los que destacan el Premio Internacional de Poesía Castillo de Duino 2018, en Italia, y el Premio Nacional de Poesía Dr. Enrique Peña Gutiérrez 2018.