La muerte que está en nosotros: sobre Cuántos de los tuyos han muerto, de Eduardo Ruiz
Iván Rocha
Cuando Pascal Quignard habla sobre su libro Perqueños tratados, insiste en la imposibilidad de clasificar ciertas formas de la escritura. En su obra uno puede vislumbrar fragmentos que, en muchas ocasiones, rozan con el ensayo y, en otras más, abordan el género del cuento o la crónica. Así es la escritura (y, consecuentemente, la lectura): un peligro, un desafío a la linealidad de la imaginación; una afrenta al orden clasificatorio, una resistencia al encierro en la prisión estéril de las generalidades.
Resistencia es una palabra nuclear cuando la escritura es una forma de la herida. Herida de la pérdida, de la des-memoria, del silencio que se nos impone. Y la resistencia tampoco puede clasificarse: uno resiste a la muerte, al olvido, a la(s) violencia(s); uno resiste a la segregación, a la marginalidad, a la noche. La resistentia (del verbo en latín resistere: mantenerse firme, permanecer en pie), nos coloca en una posición distinta ante el mundo y, desde luego, ante el acto creativo.
Cuántos de los tuyos han muerto, el más reciente libro de cuentos del escritor sinaloense Eduardo Ruiz Sosa, es una obra que nos remite a esa dificultad clasificatoria referida por Quignard. El lector habrá de navegar al filo de la crónica, del ensayo, de la escritura fragmentaria, en medio de un tramado de cuentos que dan forma, en términos de imaginación literaria, a la resistencia. ¿Resistencia frente a qué? Frente a la muerte: la muerte de los amigos, de los familiares; frente a las distintas formas de dominio y de opresión (política, burocrática, de género, clínica); frente a ciertas modalidades del olvido.
En uno de los Apuntes de Elias Canetti, el escritor búlgaro-alemán dice: «Los filósofos del lenguaje dejan de lado a la muerte como algo “metafísico”. Sin embargo, el que la muerte haya recalado en la metafísica no altera en nada el hecho de que es el factum más antiguo; más antiguo y decisivo que cualquier lenguaje». Es por ello que el tono, el aliento que puede percibirse en Cuántos de los tuyos han muerto no se sostiene desde un solo registro. Se trata de una escritura que combina los acompasamientos de la poesía con los de la crónica, inscribiendo a su vez una solidez argumental propia del ensayo que convive armónicamente con la escritura de ficción, con el seguimiento de los diversos hitos que dotan de materialidad a los cuentos. La escritura de Ruiz Sosa es rica porque muestra que el lenguaje (como apuntaba Canetti) necesariamente se rompe, se fisura para poder comunicar el sentido de esos momentos en que solamente el grito podría ser el gesto inteligible de las cosas que (nos) pasan. En esto hay una correspondencia entre su último libro y su primera novela, Anatomía de la memoria.
No podemos obviar la intensa carga filosófica que acompaña a Cuántos de los tuyos han muerto. Carga que no enturbia el fluir de la obra, sino que la enriquece a tal grado que todas las historias (la de los objetos que desaparecen junto con el jardín, la de la joven oprimida por un pasado y un presente anegado de acosos, la del cuerpo del hermano desaparecido, et caetera), no son sino manifestaciones fenomenológicas de los distintos modos de la pérdida. La pérdida en un sentido conceptual; la pérdida como aquello que finca, en buena medida, el estar-en-el-mundo de los vivos, la estancia de aquellos que se quedan. Así volvemos a la resistencia. A la resistencia íntima. Al ejercicio de contar, de narrar, de nombrar la cortadura que nos sangra. La escritura en Cuántos de los tuyos han muerto es pensada como una forma de asumir el Aquí, esa extraña isla en que naufragamos para poder caminar y replegarse al punto de partida y resistir. A fin de cuentas, como diría Wisława Szymborska: «La isla Aquí está en todos lados».
No podemos evitar la muerte. Ser conscientes de ello es la premisa de toda reflexión seria sobre la existencia. Pero podemos confrontar sus incendios en la proximidad con los otros, como señalaría el filósofo español Josep Maria Esquirol. Escribir, contar las historias de individuos, mujeres, madres y padres, locos que han vagado con la herida en la palma de sus vidas, es proximidad. De ahí la vena de generosidad ética en el libro de Ruiz Sosa. De ahí su valor como ejercicio reflexivo, como una obra que también se piensa. «La muerte —escribe Ruiz Sosa— nos convierte en palabra». Palabra-en-el-mundo, voz de los muertos en el huerto de los vivos, presencia y proximidad con (los) otros, sobre todo con los que se marcharon.
Cuántos de los tuyos han muerto, publicado por la editorial Candaya en abril de 2019, es una obra importante por todo lo que muestra, por el relieve que otorga a diversos asuntos tan presentes en nuestro andar; pero también por su apuesta literaria, por sus registros, sus voces, su originalidad al momento de construir historias extraídas de las más descarnadas realidades. Explorar este último libro de Eduardo Ruiz Sosa permitirá al lector hacer presente eso que Pascal Quignard, de quien se habló al inicio, dijo en uno de sus tratados: «Si morimos, es que algo como la muerte está en nosotros».
Ficha del autor
Eduardo Ruiz (1983). Autor de los libros La voluntad de marcharse, Anatomía de la memoria y Cuántos de los tuyos han muerto. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Inés Arredondo. Textos suyos han aparecido en cinco antologías tanto nacionales como extranjeras.