La invitación, un cuento de Claudia Sharpe

Intentas dormir, son casi las 4:00 de la mañana, se te escurrieron las horas sin darte cuenta viendo las fotografías de Cristina y planeando la manera de acercarte a ella. Lo habías hecho antes con otras chicas, ella no parece muy diferente a las demás, no hay nada en sus fotos que no sea habitual, las mismas actividades, la misma ropa, posturas y gestos de otras chicas de 14 ó 15 años, lo diferente es la sensación que te provoca, como si ella, a diferencia de otras, te estuviera buscando a ti.

No lograste dormir mucho, cuando tu alarma sonó te encontró con la pantalla del teléfono encendida mirando nuevamente una foto en la que Cristina come helado y guiña el ojo a la cámara, lo que tú sientes como un guiño hacia ti.

«No te hagas pendejo, Gustavo, ni sospecha que existes». Bloqueas la pantalla de tu teléfono y te levantas de la cama.

Ni Cristina, ni Andrea, ni Valentina se te acercarían por su propia voluntad.

«Hola, estamos buscando…». No, no te convence.

Con Andrea te hiciste pasar por administrador de redes sociales de una marca popular de ropa deportiva, lo planeaste en no más de media hora y ella te lo creyó a los tres o cuatro minutos de conversación por whatsapp. Le pediste tres fotografías, una de su rostro y dos de cuerpo completo, de frente y de espaldas con ropa deportiva “o por lo menos ajustada”, dos días después le dijiste que había sido seleccionada y acordaste una cita para una supuesta firma de contrato, no se le ocurrió contárselo a sus papás, te salió bien.

Valentina todos los días subía videos a Tik Tok tocando en la guitarra las canciones de moda con toda la inocencia de chica adolescente ilusionada, le propusiste asistir a una audición para una supuesta banda nueva local, cayó enseguida.

Cristina no parece tener una actividad favorita, hace lo que todas, va a fiestas, va al cine, va a la plaza comercial, juega con su perro, escucha música de varios artistas y se toma selfies, la red que más usa es Instagram, en una de sus fotos encuentras un comentario de una amiga suya que se llama Vero: “te extrañé en mi fiesta, 💔”.

«Hola, ¿estuviste en la fiesta de Vero el viernes? Creo que platicamos un ratito ¿no?», «Ah, ¿no eras tú?, disculpa, te pareces mucho, soy Armando, ¿qué música escuchas?»

Te preguntas si tu perfil de “Armando” en Instagram es la mejor opción, agregas a la descripción que tocas guitarra eléctrica y teclado; piensas un par de minutos si la estrategia de la fiesta es suficientemente buena… no estás tan seguro. No se te ocurrió nada mejor, decides probar.

Gustavo:

Hola, ¿estuviste en la fiesta de Vero el viernes? Creo que platicamos un ratito ¿no?

Dos minutos y nada, Cristina no parece estar en línea, es temprano. Miras tu teléfono varias veces mientras te alistas, repasas las fotos de dos chicas más, Alejandra de 14 años y Maribel de 15, por si Cristina no responde.

Cristina está en línea, ha leído tu mensaje. Tu sangre fluye con fuerza, se aceleran tus latidos.

Cristina:

Hola. No fui, tenía muchas ganas, pero no me dieron permiso.

Gustavo:

Ah, perdón, te confundí, es que te pareces mucho y, la verdad, no me acuerdo bien de su nombre, tú te llamas Cristina ¿verdad? Soy Armando, lo dice mi perfil, ya sé…

Cristina:

Sí, me dicen Cristy.

Por lo menos no te ha dado el cortón, crees que puede funcionar, de cualquier manera no se te ha ocurrido ninguna otra cosa.

Gustavo:

¿Y qué música escuchas, Cristy? ¿te puedo decir así?

Cristina:

Sí, claro. Pues, escucho lo mismo que todo mundo, ya sabes: Dua Lipa, Taylor Swift, The Weekn’d, Maluma, Rosalía, Miley Cirus, Imagine Dragons… no es muy original, ya sé.

Gustavo:

 Jaja, está chido, estás en trend, a mí también me gustan, ¿y Peso Pluma? ¿te late?

Cristina:

Mmmm, no tanto la verdad, ya sé que también es el trend pero ya ves lo que dicen, que es música de narcos y no sé qué.

Está respondiendo, te dices a ti mismo que vas bien, ahora tienes que pensar cómo avanzar, quieres preguntarle en qué escuela va, pero es muy pronto y puedes echar todo a perder, en la escuela de Lorena ya te tienen ubicado, no te precipitarás. Cierras por ahora, dejas abierta la comunicación para después, por la noche le escribirás.

Gustavo:

Oye, pues, me da gusto que no seas la chava con la que platiqué en la fiesta de Vero, sonaba más aburrida, todo lo que le preguntaba me decía que no le gustaba, ja,ja, supongo que el que no le gustaba era yo 😉.

Cristina:

Ja,ja.

Gustavo:

Qué chido platicar contigo, aunque haya sido por confusión, ¿platicamos luego? Te escribo en la tarde o en la noche, ¿va?, se me hace tarde y seguro te estoy entreteniendo, pero, ¡mucho gusto Cristy!

Cristina:

Va, ¡igual!

Ya no podrás sacar a Cristina de tu mente durante el día, querrás escribirle a cada minuto, pero sabrás resistir.

A la salida de la escuela Cristina sube una historia a su Instagram, una foto suya con una pose apenas sugerente, a la par una foto de Taylor Swift en la misma pose, un filtro rosado, el hashtag #soysuperfan y una canción suya “Enchanted”, un fragmento de la letra se va mostrando en texto: “Whishing you were at my door, I’d open up and you would say Hey, it was enchanting to meet you, all I konw is I was enchanted to meet you”. La foto no es tan seductora pero basta para excitarte, imaginas que en la foto Cristina te empieza a cantar a ti, se muerde los labios y guiña un ojo. Cierras los ojos y exhalas.

A media tarde Cristina sube una encuesta a sus historias en Instagram: “¿cuál es tu helado favorito? 1. Chocolate 🍫 2. Beso de ángel 🫦 3. Cereza 🍒 4. Vainilla 🍦”; seleccionas la opción Beso de ángel, en comentarios pones un ícono de beso, lo piensas dos segundos, lo borras, escribes “#icecreamlover”, lo piensas dos segundos, también lo borras, te dices a ti mismo «¡espérate wey! con calma, sí va a caer», tomas la opción más segura: 1. Chocolate.

Tu perfil de Armando aparece en la lista de quienes han respondido la encuesta de Cristy, vamos bien. En la noche le escribirás, no hay duda.

Son las 9:20 de la noche, crees que es buena hora.

Gustavo:

¿Qué onda?, ¿qué tal tu día?

Cristy aparece en línea. Cristy leyó tu mensaje.

Cristina:

Hola. Estuvo bien, creo, ¿y tú?

Gustavo:

Chido, creo. Me invitaron a una fiesta, es de un amigo de Vero, ¿tú vas a ir?

Esperas que te pregunte cuál fiesta, para invitarla tú.

Cristina:

¿Cuál fiesta?

Gustavo:

Va a ser el viernes, temprano, en la tarde, igual y así sí te dan permiso ¿no?, es en Comanjilla, si quieres nos vemos en el McDonald’s de Centro Max y ahí pueden pasar unos amigos por nosotros, sí cabes.

Estás poniendo las cosas muy fáciles.

Cristina:

Pero a mí no me han invitado.

Gustavo:

Te invito yo 😉, no es tan exclusiva, hay cover, son $100, yo te picho, y seguro va más gente que conoces pero, así me conoces a mí, ja,ja, ¿jalas?

Cristina:

Va, ¿a las 5:30 está bien?

Gustavo:

Perfecto, ahí nos vemos.

Cristy se presentará a la cita, bien sabes que no habrá fiesta, tampoco amigos que pasen por ustedes, tú tienes otros planes para esa tarde con Cristy.

Cristy también tiene otros planes.

Seremos “Cristy” y compañía quienes pasaremos por ti, por fin me conocerás en persona, Gustavo; soy Marco, es un placer. No hará falta que te presentes, tu carpeta de investigación es amplia, te daremos aventón a la fiscalía, ahí hay algunas amigas que tienen muchas ganas de conocerte, ellas igual que yo pertenecen a la policía cibernética; no sé tú pero nosotros, “Cristy”, nos vamos a divertir mucho, gracias por la invitación. Te prometo una relación estable y duradera, Gustavo, nos tomamos estas cosas muy en serio y, esta vez, habrás caído tú.

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