Perfil: Alfredo Soto Guillén

alfredo soto guillén

Alfredo Soto Guillén. Poeta y traductor. En 2014 fue becario del programa Los signos en rotación del Festival Interfaz que organiza el ISSSTE. Sus poemas y traducciones han aparecido en diversas publicaciones de México y Estados Unidos como Círculo de Poesía y Rio Grande Review de la Universidad de El Paso, Texas. En 2018 publicó su libro Por el sendero en la hierba (ISIC).

1. ¿Cuáles son tus principales preocupaciones en la escritura?

Estar en lo que escribo pienso que es algo que busco tercamente. Porque dejar algo de mí en lo que escribo es similar a buscar algo de los otros. Igualmente el yo dentro de mí, de nosotros, que escucha esas palabra es la sombra de un interlocutor; hablar con los demás es dialogar con uno mismo. Deseo sentir en lo que escribo algo de aquello que siento en las cosas que leo y me despiertan una suerte de intimidad, una complicidad furtiva. Esto en un afán de que ese sentimiento se transmita a alguien que me lea. 

De forma natural se hace presente una emoción no demasiado grande pero gratificante nacida, tal vez, de un anhelo de lo estético: la emoción del descubrimiento, la pequeña victoria de tener una palabra que sabe ser tomada entre las manos como un guijarro de pulido por las olas. No es una emoción demasiado grandiosa, no es oro, simplemente una cosa pequeña que nos inspira la necesidad de querer tomar lo que nos causa impacto y llevarlo con nosotros: es ese sentimiento destellante que a veces nos producen algunos textos como un brillo metálico, una moneda rara, una concha nacarada.

2. ¿Cómo es tu proceso creativo?

Escribir para mí siempre fue un asunto algo contradictorio, una suerte de batalla se libra en cada texto. Una guerra, puede ser, una guerra contra mí mismo, una guerra que desde las primeras, pequeñas e ingenuas emboscadas ya se sabía que sería una guerra total y silenciosa, tranquila hasta cierto punto, sin demasiada sangre, y sin victoria aunque se logre asegurar, de vez en cuando, alguna pequeña o gran batalla. La lucha es diálogo (vuelvo a la pregunta anterior), como el ajedrez, como las discusiones acaloradas y como el amor. Pero digo batalla, digo guerra; sólo hablo de alguien que habla con fantasmas.  

3. ¿Qué autores han servido como influencia o modelos para tu obra?

Definitivamente todas las lecturas que han logrado tocarnos aunque sea un poco se quedan en nosotros de alguna manera. Funcionan en nosotros como parte de lo que somos y seremos mientras avanzamos en ese proceso de desarrollo que sucede de forma natural cuando se ha caído en el vicio terrible de los libros y de la lectura, naturalmente también de la escritura. 

Estos textos específicos y autores se asoman de repente en lo que escribimos, se vuelven de repente claros, ya sea en registros específicos en las formas discursivas o lingüísticas, en temáticas, en lo que sea. Esto compone una genealogía en la que nos vamos insertando, esos autores se van convirtiendo en nuestros padres y nuestros abuelos. 

Así mismo elegimos lo que nos antecede en el sentido de que somos selectivos en y acumulamos lecturas predilectas, autores, libros, cuentos, poemas. Nos encontramos descubriendo o añadiendo de forma consciente o inconsciente, en nuestros propios textos, la influencia de esos autores que se han convertido en pilares de nuestra escritura. 

En mi caso personal, más específicamente en Por el sendero en la hierba que publicó el ISIC en 2018, puedo decir que al pensar en ese libro aparecen en mi mente vagas sombras, me arriesgo a nombrar algunos nombres como Friedrich Hölderlin, Fernando Pessoa y Rainer Maria Rilke.  De igual forma hay lecturas a la que volvemos cada tanto como quien visita la casa de sus padres; aquí pienso en Francisco Cervantes, Eduardo Lizalde, Rubén Bonifaz Nuño, Mario Bojorquez…

4. ¿Cuál es tu más reciente libro y sobre qué ejes temáticos y estéticos gira?

Por el sendero en la hierba, del 2018. En la pregunta anterior ya lo dije. Es un pequeño libro de poemas que, creo, explora un poco mis visitas a lecturas que han plantado en mí deseos y aspiraciones. He tratado de explorar mecánicas y temas que me eran afines y seductores. Entre mis influencias para este libro destacan, entre otros, Hölderlin y Rilke. 

5. ¿Puedes compartirnos algunos de tus proyectos de escritura en los cuales estés trabajando?

En este momento estoy pensando maneras de nombrar algunas de las personas que han pasado por mi vida; no necesariamente llamarlas por su nombre, simplemente hacer un retrato del contacto entre nosotros, mi forma personal de conocerlos. Personas que han ido y venido por etapas en mi vida, las que siguen acá, las que pudieran volver, las que ya no volverán. Experimentar con las formas posibles para aclarar esos encuentros a través de mis palabras. Por ejemplo: evocar el retrato del que existe y tiene cara definible y nombre propio; o traslapar una imagen diferente sobre el rostro que recuerdo; o simplemente no decir a la persona, huir de su presencia, pero de alguna forma aún nombrarla. Pensemos en una suerte de álbum personal. 

6. ¿Qué temáticas, procedimientos de escritura o autores recientes son de tu interés?

Me encanta el ensayo y, últimamente, he quedado atrapado en la lectura de textos que hacen uso de este género tan flexible en el que es posible casi todo. La experimentación es posible, y a través de formas híbridas es posible lograr que un género mire hacia otro géneros, que explote con claridad discursiva la posibilidades del lenguaje y juegue de maneras maravillosas. 

7. ¿Qué opinión te merece la actualidad de la literatura en Sinaloa?

Hay una gran cantidad de escritores que activamente están escribiendo y publicando. En los últimos años, a nivel nacional, ha habido nombres de sinaloenses que aparecen como ganadores de certámenes literarios, publicando libros o textos en revistas.

“Sin título”

Detengo de golpe la lectura
seducido casi 
por la idea de forzarme un poco sobre el libro,
de ejercer violencia un poco 
y doblegarlo.

Sin consideración de página o párrafo, oración o verso,
me detengo a mitad de una palabra
como si al abrir la puerta de tu casa una mañana
te arrepientes.
Regresas a la noche de la casa cerrada
y a la cama caliente.
Así, 
como volver de súbito,
entre la “e” y “r” de la palabra puerta
cierro el libro.

Me detengo de golpe de saber 
que avanzo 
como la manecilla que cuenta los segundos,
sin entender por qué,
sin pausa,
sin aliento,
violento la compulsiva maquinaria que me exige 
llegar sin detenerme al otro extremo
del encuadernado,
a la palabra “Fin”,
a la realización de esa palabra,
al prometido encuentro con la satisfacción 
de haber logrado algo,
tocar la meta y conocer 
los secretos ocultos, los hallazgos.

Y lo abandono porque sí,
porque al andar así ya no recuerdo bien de qué va el libro,
si en realidad lo estoy leyendo,
o si empecé a leerlo acaso…

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